viernes, 17 de enero de 2014

Lo sucio

Casi todo y casi todos nos vamos ensuciando con el paso del tiempo (un balón, la persona, una casa, un retablo, un coche, una camisa…). Y unido a la suciedad suele venir emparejado el envejecimiento, el deterioro, los achaques… porque los golpes, el roce, el uso, los fallos, el desgaste y la rutina suelen irse apoderando de las cosas y de las personas y lo van estropeando todo… hasta a las mismas ilusiones, pasiones, entusiasmos y enamoramientos. Por eso “el de arriba” no se hizo de rogar y vino a “hacer nuevas todas las cosas”.