lunes, 10 de febrero de 2014

Lo disculpado

Que hagan a uno culpable de algo, que lo acusen… es siempre un motivo de dolor, revuelve la vida, trastoca los planes, debilita la personalidad… y las fuerzas. Porque junto a la culpa nace el odio y germina la maldad. En cambio, la disculpa, ya sea la que uno promueve hacia otros, o ya sea la disculpa que le hacen a uno, aunque solo sea insinuada... alivia y desactiva la violencia. Disculpar es infinitamente mayor que perdonar, porque disculpar es volver ileso, es devolver la dignidad a la persona.