miércoles, 12 de marzo de 2014

Lo escrito

Tengo en gran estima este dicho que ya forma parte de mi elenco de frases recurrentes, que "lo que no se escribe, se pierde". Y me reafirmo en ello a medida que pasan los años, cada vez más. Hay fuentes de sabiduría, la mente; hay fuentes de dolor, los chismes y habladurías; hay fuentes de salvación, la confesión; hay fuentes de consuelo, los amigos; hay fuentes inagotables, Él; hay fuentes a secas, las fuentes de agua; y hay fuentes de conocimiento, las bibliotecas. Así lo dice la Palabra: “Si no creéis lo que él escribió ¿cómo vais a creer mis palabras?”