viernes, 9 de mayo de 2014

Lo convertido

La conversión es desandar lo andado y coger la ruta adecuada. No es pararse, ni ir mas despacio, ni tan siquiera desviarse un poco, sino cambiar el rumbo y organizar el futuro de una forma diferente. Convertirse es cambiar la mente, aceptar otra escala de valores y, hasta otros valores. Es también y, sobre todo, cambiar el corazón, querer esa otra escala de valores y tomarle aprecio. Y cuando la mente y el corazón cambian, cambian también las actitudes, las motivaciones y… hasta las obras. Está por demás decir que empezar a convertirse por las obras vuelve a ser un camino equivocado.